martes, noviembre 28, 2006

Platón recargado y La alegoría de la caverna



Alegoría de la caverna –Diálogo de Platón con Alzalíbido…

Era pleno mediodía en Grecia, bajo un áureo cielo despejado, luminoso y soleado, justo en el elevado lugar donde acostumbran levantar las tiendas los mercaderes, donde por hábito uno se encontraba entre la multitud, donde se dejaba intuir la idea del discurso de algún filósofo o se movía uno a evadir las blasfemias de tantos y tantos mercachifles “sofistas”…era extraño, nada, ni huella quedaba del cosmos; de súbito, allí, me encontré solo…

De pronto, un sonido estruendoso me calmó, colmando mi curiosidad. Aunque primero no advertí su procedencia –tengo un pésimo sentido de audición desde recién nacido, lo que me lleva a oír voces sin saber distinguir nunca el quién habla-, noté que venía desde la bajada del ágora y llevaba precisamente a una caverna natural a la que nadie en su juicio acudía, sino que sólo daba lugar a innobles ritos profanos… Cuando ya sigiloso me acercaba a ese agujero negro –imagen que tantos oscuros recuerdos provocaba en mí- escuché yo algo insólito: -¡Ja, jaja, ja! …era lo que decían una “risotada”…

Dentro de la caverna –pido que me perdonen alguna vez los dioses esta maligna genialidad mía de intromisión o introspección-, digo dentro, había un extenso gentío de espaldas a mí, riendo, riendo –que no paraban de reír-. Me apronté de cabeza en medio de esos simiescos, los que además me abrazaron indiferentes, e incluso a alguno se le dio ofrendarme una jarra de licor embriagador que rechacé sin más como siempre-...
Un niño, solo un niño imberbe y lozano, bello y díscolo como los niños suelen ser, se volteó hacia mí y preguntó: ¿Qué te parece, Platón, no es revelador y fascinante?...Al mirar, no pude controlar la histeria y el hipo: ante mí solo había un modesto y pequeño teatro de marionetas que se movían al ritmo de una canción entonada por borrachos y gritando palabrotas alusivas al sexo que todos seguían con espontánea risa…

En un acceso filosófico, acometí al gentío, y les clamé:
-¿acaso no veis la Verdad: que solo son marionetas?
-No, no, respondió el niño, estás engañándote, las marionetas las ves tú, Platón, lo que nos mueve a la risa es esto-, y me tomó con su dulce mano de mancebo y me llevó al otro lado del telón del teatrillo…
Ante aquello que vimos, más indignado aun, fuera de mis cabales, vociferé sin control:
-¡Pero si solo son mortales, huesos y carne, moviéndose para imitar mecánicamente a unas torpes criaturas, malditos monos inanimados!-
-No, no, querido Platón, es que tus ojos están ciegos de tanto tomar sol y dorarte con quimeras: -¡lo que a todos nosotros nos conmueve es sencillamente eso-!
El mozuelo apuntaba entonces a la sombra que producían los titiriteros y sus muñecos sobre la roca de la caverna. Era eso lo que todos admiraban y bendecían, mientras reían con embriaguez al despertar a la calentura de sus sexos…

Y dije, pues, “la Verdad está fuera, lejos, en lo alto, inaccesible, y pasarán siglos y siglos antes de que la veamos y alcancemos; yo saldré a la luz, a viajar y a escribir cartas séptimas y a convencer a las iglesias de que el mundo no importa ni medio carajo, que el orto es una caverna y el cuerpo es una prisión, y sólo es importante el espíritu absoluto, la idea, mi idea…

-Bueno, bueno, Platón, es sano el delirio; ya has visto la verdad que gozamos, ahora ven conmigo; te mostraré lo que en la tierra suaviza el dolor. Entonces, ese joven exquisito se quitó su vestido y me llevó hacia lo oscuro, hasta fundir su apreciable sombra con la mía. Todo sucedió sin que yo pudiera resistirme, pese a mis divinas palabras, no sin antes interrogarle:
-Pero, tú, ¿cómo te llamo?
-El muchacho sonrío y susurró algo en mi oído…
-¡Ah!, ¡Al-ci-bí-a-des!...bonito nombre; creo que te usaré en alguno de los varios tomos de mis obras completas… y creo que te usaré para algo más; uhm! sí, te usaré…

Ya sin hipo añadí:
-¡Oye, Alci!, ¿te habían dicho antes que me llaman, entre amigos, la Diotima?...
En eso, unos labios de muchacho me callaron.
Sentí que algo en mí se elevaba. Un agujero negro era el mundo. El mundo parecía una caverna. Siempre me puso muy triste e infeliz salir de ahí…entonces, escribía mitos hasta poder volver a la caverna.
¿Les dije de mi nombre artístico?...

12 Comments:

Blogger Natalia J. said...

REALMENTE ESTO ES GENIAL!!!
ADEMAS DE HACERME REIR MUCHO (GRACIAS, ESTOY EN EL TRABAJO COMPLETAMENTE ABURRIDA)
ES GENIAL GENIAL GENIAL!!!

AL FINAL, PLATON SOLO TRATABA DE OLVIDAR QUE HABIA CONOCIDO LA LUZ EN LO PROFUNDO DE LA CAVERNA
UN NEUROTICO REPRIMIDO MAS

JAJAJAJ

SALUDOS A ABRAZOS!!

12:02 p. m.  
Blogger Amaranta said...

Esa es exactamente una interpretación justa, mi querida, mi queridísima aunque distante Apo...

12:40 p. m.  
Blogger Á said...

ahora aparte de reirme con tus entradas, las comento con gente exoblogger.

12:08 a. m.  
Blogger YHVH said...

pobre diotima!!! la hizo bolsa poniendole un pene...

es taaaaan grotesco!!
que tiene que ser cierto!

espero que lo de "orto" se refiera a un huerto... ¬¬

PD: grotesco pero de el lado positivo,eh!
no se enoje...no es una critica...

PD2:Ego puto in orto meo!!!!

12:50 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

me hiciste acordar las risotadas de la clase de filosfía cuando leíamos esto...

saludos!!!!

7:47 p. m.  
Blogger CALANDRINO said...

he estado riendome solo por la calle acordándome de este post.

Besos!

11:28 p. m.  
Blogger alexA platoanA said...

muy ingenioso.

la saludo con una reverencia y un beso en la mano.

3:01 p. m.  
Blogger Unknown said...

Esta vez estallé querida A., realmente, entre las risas y la admiración, me desarmaste, me estallaste...

Bravo, un efusivo Bravo.
(anduve un poco perdida, pero estoy volviendo, besotes)

8:31 p. m.  
Blogger Amaranta said...

Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

6:25 p. m.  
Blogger Amaranta said...

¿se entiende entonces el amor platónico?...

6:26 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Es una completa basura tu trabajo deberias poneerte a pensar antes de realizar semejante esptupidez

3:26 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

"debería ponerme a pensar?, ¡qué risotada me da!;
Y por cierto, mi pudoroso moralista, esto no es trabajo; es obsceno deleite de un cuerpo que ríe y escribe...
en qué piensas, tú, macaco dado a inhibiciones...
cómo queda al descubierto tu irrisoria represión...
uf1,
a.

9:24 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home