domingo, diciembre 10, 2006

...¿Muerte de Pinochet?...


Érase una vez un país rezagado en el sur del mapamundi. Y como no hay dios que aguante las cosas sin nombre, alguien le puso nombre de chillido de pájaro enfermo: Chile…

La tierra era buena así que un centenar de campesinos explotados por el patrón de la Hacienda lograron con esfuerzo que el paisaje quedara deslumbrante. Un día el patrón le exigió a Dios que le diera una patria…quería descargarse con ella y saquearla…Dios no le respondió, por lo que pensó que la mudez era popular entre los cielos. En Chile la mudez se hizo el pan de todos los días. Todos los campesinos después se alimentaron de su propia mudez…

Al otro día, el patrón ordenó que todos lo imitaran y de repente lo que hubo fueron dos bandos separados que se atrincheraron y empezaron a dispararse entre sí. Nunca pararon. En medio de la hacienda, los frutos se pudrieron sin que nadie los cogiera: el fruto de la ciencia, el fruto de la vida: todos se pudrieron. Sólo sobrevivió una manzana a la que un inmiscuido sacerdote de especial vocación por la censura y la represión le adjuntó una serpiente como guardia: para que nadie la saboreara. No vaya ser que se descubra que todas las encrucijadas son un infierno y que todos los Mesías son los expulsados del paraíso…

Los dos bandos se dispararon por varios años, durante treinta y tres años…
Un bando decía que todas las manzanas eran verdes
El otro bando juraba que todas las manzanas eran rojas.

Con el tiempo todos se hicieron mudos, sólo se escuchaba una voz que provenía de la manzana. Un día asomó de pronto desde la manzana un gusano parlante. Era él el único que hablaba y animaba las rencillas durante años. El gusano era ciego, ladrón, estaba ridículamente uniformado y no tenía cerebro, hablaba y hablaba de rebote: decía y hacía gusanadas a fin de impedir que nadie saboreara la manzana. Un día 10 de diciembre el gusano, viejo y repetitivo, sufrió un patatún y reventó. La manzana del árbol cayó…justo en la cabeza de un niño aficionado a las estrellas. El niño dijo: “he descubierto la gravedad en todo esto”, y se volvió a hablar hacia los dos bandos de mudos.
Nadie ha logrado entender todavía una palabra, menos un chiste entero.

Los hombres y mujeres cansados de tanta mudez iniciaron el canto del himno nacional del manicomio y comenzaron a tocar bocinas y levantar banderas…las gentes empezaron a pisotear gusanos: Bolocco, Menem, el clan Pinochet, y otros gusanos, todos se corrieron, luego se lamieron y luego se devoraron entre sí, después de engullir brutalmente el cadáver del gusano fundador de la mudez.
Los gusanos se devoran entre sí y entre sí –bajo estériles juegos de fecundidad artificial- se multiplican. Lo llaman Máximo Menem Bolocco…
Dicen que la criatura está marcada en la cabeza con el 666.
Pero es sólo su código de barras. Habrá que mandarlo pronto a hacer sombra entre las barras…

Los bandos poco a poco recuperaron el habla y se empezaron a mirar a sí mismos, clavaban sus ojos en sus ombligos. Nadie atendía su hambre y su salud; por lo tanto, proliferó la comida chatarra de McDonald’s –pocilga en que se clona y se propaga a Bush el payaso-. Es raro, hay vientos de cambio. La más grande manzana nunca vista por ahí está ya ahora en medio del paisaje. Nadie se acercó porque ignoraban el color de la manzana. –No sé qué color es el de ella, no puedo probarla- decían.
Una niña presente decidió darle un mordisco, ante el asombro de los otros. Luego la comió de tres bocados, dando estruendosas carcajadas.
Este día:
Algunos decidieron hacer vigilia y duelo por la muerte de la muerte.
Algunos optaron por hacer salir a bailar a tanto detenido desaparecido.

La niña sigue riendo y susurra al oído de los mudos:
Cada dulce manzana del deseo es del color de quien quiera disfrutarla.

lunes, diciembre 04, 2006

cumpleaños...



No hay mal que dure cien años, pero sí veinticuatro...

Gracias por estar a quienes han estado

Amaranta