miércoles, junio 14, 2006

junio, 13


Casa de C.
Un galpón grande y frío. Temperatura glacial. Según ella, se enfrenta con grandes vasos de vodka o ron con speed. Por mi parte, bebo vino ...
Apenas hay una silla. C. está sentada sobre un gran cofre. El espacio es amplio. Hay una bañera, de esas antiguas en el centro del lugar. Al lado derecho, un anaquel con revistas, la mayoría de fotografías. Botellas vacías en el suelo. Un candelabro en el que queda una vela a medio consumir. Un gran ropero. Un gran baño. Una cocina copada de artefactos. Una mesa de arrimo, sobre la cual hay un antiguo acuario que hoy guarda una colección de refulgentes dildos (varios de silicona. Se destacan unos en color rosa, púrpura y azul; un feeldo, un cristal cote, un cloneboy (es un orgullo para C.)...Un catre, un biombo. Un televisor cuya pantalla está quebrada, tal como si le hubieran dado varias patadas o palos. Algunas fotos: distingo a C. de bebé. Una de su padre. Una retrato de Wilde. Una colección de fotos de trans...
Libros, muchos libros. Alcanzo a ver pocos, espontáneamente: Coetze, Perec, Valéry, Pushkin, Bakunin, Artaud, Turgeniev, Kropotkin, Bersani, Bukowski, Leskov, Lermontov (los que recuerdo)...-¡Vaya orgía!-
C. me ha invitado a revisar su reserva, pero nunca he tendido a mirar los libros que adornan los estantes de los demás. Lo evito. Mi única relación con los libros es la de llevar algunos conmigo y leerlos. Jamás los he besado ni he llevado alguno a que lo encuadernen pagando mucho dinero a unas monjas dedicadas a ese oficio o a preparar pasteles insípidos cuando no se masturaban a escondidas. Jamás me he negado a prestar un libro e incluso los que he prestado, si los he leído, jamás los pido de vuelta. Si llegan de vuelta, bien; si no, que circulen. Prefiero las bibliótecas públicas -con estanterias a la vista y accesibles- a las librerías de antiguedades y colecciones. El fetichismo del libro lo repudio. Y si he hurtado libros, ha sido por un deseo repentino que me encontró en alguna de esas librerías de Chile donde la mayoría de los libros que me atraen cuestan alrededor del 50 % del sueldo mensual de un tercio de la población. No exagero...
Vuelvo a lo de C. En ese lugar, escuchamos música: Nearly god (Poems), Massive Attack (Karmacoma), Tricky (Lirics of fury)...está claro que a C. algo le ha dado por el trip...es insólito. Si bien, puede pasar de eso a Chabuca Granda o a Chavela Vargas, con la misma facilidad con que pasa de un cigarrillo a otro.
De pronto, C. apaga los sonidos y me mira. Ambas permanecimos en silencio.
Acá toca decir -para quienes puedan leer esto y no lo sepan- que C. se llama Carmen (su verdadero nombre es Olga Legadeva). Es una hembra de cincuenta y siete años (a ella le gusta decirlo y me pide que lo señale...¡lo que Wilde hubiera dicho al respecto!...). Se declara -entre risas coquetas- "sáfica" por buen gusto. Vive de vender libros en una pequeña tienda en la comuna de Providencia y en la Feria de los domingos en calle Estado (en el centro de Santiago). Es psiquiatra aunque hace muchos años nunca más ejerció la profesión. A veces dice que dejó todo aquello después de una vez que le correspondió hacerse cargo de electroschocks...
Es morena. Usa anteojos con marco de carey. Es muy alta y relativamente delgada, pero muestra con soberbia una pequeña barriga. Fuma continuamente. La mayor parte del tiempo Gitans sin filtro. Otras, Ducados. Nació en Rusia, en Omsk, y como todos los rusos que conozco (que son dos) y todos los rusos de las novelas, llora cada vez que escucha música de su tierra. A veces baila. Habla poco de sí misma. Conmigo, debieron pasar seis años de vernos casi todos los días para empezar a enterarme de su vida. Suele saludar con cálidos abrazos a sus amigas y amigos (muchos de ellos aclaran que no son gays ni lesbianas -esto ni a mí ni a C. nos interesa-). Es pacifista en la práctica y sin vociferarlo. Además, luego de medianoche sus pupilas resplandecen, y jura -a quien quiera escucharla- que estuvo en la cárcel por matar a un tío que había violado a su pequeña hermana, que de eso salió bien y que ha meado sangre varias veces...
-Salud por ella!